"Suerte es lo que sucede cuando la preparación y la oportunidad se encuentran y fusionan", dijo Seneca. Así que entonces yo diré: "mala suerte es lo que sucede cuando el desconocimiento, el desacierto y la falta de oportunidades se encuentran y fusionan".
Empezamos con un fuerte desconocimiento del mundo real. Desconocimiento de las personas, las leyes, las reglas tácitas, las piezas y engranajes que ponen en funcionamiento la maquinaria que conforma nuestra sociedad,... desconocimiento, en definitiva, de cómo se vive.
¿Qué decisiones se pueden tomar a partir de este desconocimiento? Tal vez, con un poco de suerte, las acertadas. Pero ya hemos dicho que la suerte parte de la base de la preparación; y no hay forma de preparase sin conocimiento. Decisiones incorrectas, por tanto. Desacierto.
Por último, la falta de oportunidades desde luego que no favorece a quien ya parte de tan mala premisa como es el desconocimiento y el desacierto. Los milagros no existen. El camino que has seguido te lleva al destino lógico al que te tienes que resignar.
La única manera de solucionar tan desesperanzadora situación es empezar a labrar uno camino nuevo esta vez desde el conocimiento y con decisiones acertadas. Para eso se supone que nunca es tarde. Pero, antes, hay que salir del hoyo cavado por un camino al centro de la Tierra que no lleva a ninguna parte más que a la oscuridad de las tinieblas de la falta de oportunidades.