Pese a estar inevitablemente atada a la sociedad y, en especial, a mis seres queridos, me alegro de ser emocionalmente (que no económicamente, por desgracia) independiente. Soy consciente de que todas las personas que me importan son individualmente incomparables e irremplazables, y su pérdida significaría un duro golpe. Pero, obviando eso y que siempre voy a necesitar algo de los demás, por pequeño que sea; el hecho de poseer la seguridad interior de que puedo valerme por mí misma es lo que genera esa convicción en mi ser de que puedo seguir viviendo pase lo que pase.
En la práctica, ya veremos si es posible o no.
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