En 2014 (con 17-18 añitos), empecé un blog en el que volqué mis pensamientos y más profundas reflexiones durante nada más y nada menos que 5 años. Sin embargo, la página donde estaba, que era una soberana mierda, cerró, y con ello desapareció absolutamente todo lo que escribí.
El blog era precioso. Estaba perfectamente concebido gracias a las etiquetas según el tipo de post (Reflexiones, Sentimientos, Divagaciones...). Tenía muchos escritos de los que estoy muy orgullosa y que nunca podré repetir; primero, porque no los recuerdo y, segundo, porque nunca volveré a sentir esa inspiración, ese moméntum para escribir... de hecho, esto que estoy escribiendo es una soberana mierda de la que no estoy orgullosa. Lo intento contar lo mejor que puedo.
Se trata de una pérdida irremplazable, penosa y de las cosas más tristes que me han pasado en la vida. Pero bueno, cumplieron parte de su función como escritos mikológicos: desahogarme elocuentemente. Descansen en paz.
Ahora empiezo un blog de nuevo porque, aunque ya haya escrito gran parte de mis reflexiones, sentimientos y divagaciones más importantes, siempre queda algo más que decir. Siempre hay más que escribir, porque la vida sigue y hay mucho en lo que pensar y mucho que plasmar. Nunca me quedaré sin nada que decir, aunque ya haya dicho y perdido las cosas más importantes que he dicho nunca.
Así que aquí empezamos. Back to square one.
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